jueves, 2 de octubre de 2008

Dos síntomas de ranciedad

Ayer, un cliente vino con su hijo de 4 años. Cuando me lo presentó, lo despeiné y le dije:
- ¿Que haces, campeón?

Y hace un ratito, dije:
- (...) Pegáme un tubazo.

¿Será grave? ¿Habrá vuelta atrás?

.

1 comentario:

Tomás en Shorts dijo...

uffff....

estás hasta las manos