Cuando se corta, sube, te pega una patada en la cabeza, baja líquido y no te deja pegar ojo.
Afuera intentaba presidir Chupete con sus estados de sitio, pero adentro, bufones y guerreros de la Reina Dido, pregoneros del despilfarro, hedonistas enburbujados, pisábamos chizitos, no intentábamos explicar ningún sentido de la vida y amanecíamos danzando macabras melodías para quien quería escuchar y danzar.
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